lunes, 10 de agosto de 2009

Pronunciamiento del Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana


Lamentamos profundamente las recientes declaraciones del Ministro de Justicia, vertidas en el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas, llevada a cabo el día 3 de agosto en la ciudad de Ginebra, en la que implica a un miembro de la Iglesia Católica como instigador de los hechos de violencia ocurridos en Bagua y que dejaron como saldo la muerte de hermanos policías y nativos.
Dicha declaración no coincide con la realidad de los hechos acontecidos el día 5 de junio de este año en la ciudad de Bagua, donde la Iglesia Católica no tuvo ninguna participación, ni en el operativo, ni en el desenlace de tan lamentables hechos.
Antes bien, el Presidente de la Conferencia Episcopal conjuntamente con la Defensora del Pueblo, suscribieron el mismo día (5 de junio) un pronunciamiento conjunto donde lamentaron el desenlace violento ocurrido y llamaron al cese de la violencia, a la atención humanitaria inmediata de heridos y a restablecer el canal de diálogo que nunca debió de ser interrumpido.
El entonces Premier Yehude Simon, acudió a la sede de la Conferencia Episcopal para pedir apoyo para la solución del conflicto. Ante ello, desde la Presidencia de la Conferencia Episcopal reiteramos el llamado para que todos nos comprometamos a restituir la paz social y evitar cualquier indicio de mayor violencia. Asimismo, aceptamos el pedido del Señor Ministro de participar en el equipo de diálogo que se formó para lograr una solución pacífica conjuntamente con los Obispos de las zonas afectadas, los Presidentes Regionales y los Apus (Jefes de las tribus amazónicas).
Si bien es cierto, un sacerdote del Vicariato de Jaén, con posterioridad a los hechos ocurridos, en su preocupación por lo sucedido, recoge la opinión de algunos pobladores sobre una posible fosa común, hecho que ha sido desmentido, ésta declaración no puede ser interpretada como azuzamiento de los hechos de violencia acaecidos el 5 de junio.La Iglesia Católica desde hace muchos años viene trabajando en la Amazonía a través de sus 11 jurisdicciones eclesiásticas y conoce bien la realidad. No sólo promueve la Fe, sino que trabaja en la promoción integral de sus habitantes.
La Iglesia Católica siempre ha defendido la paz, la no violencia, ha promovido el diálogo y la solución de los conflictos de manera pacífica.
La Iglesia Católica pre-existe al Perú, a la República, a la Constitución, le ayudó a formarse como Nación y tiene un importante arraigo social que no puede ser desestimado.
+ Miguel Cabrejos Vidarte, OFM
Arzobispo de Trujillo
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana

Cardenal Cipriani en RPP
El Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, admitió que algún miembro de la Iglesia Católica pudo exaltar los ánimos en busca de una solución pacífica a los hechos violentos ocurridos en la Amazonía peruana, que se saldaron en junio pasado con la muerte de 24 policías y 10 civiles.
“Hubo circunstancias, pero no podemos generalizar (...), hubo un sacerdote que después de los hechos en Bagua habló de una fosa común y algún otro que llevado por la emoción y en busca de una solución pacífica, que también pudo exaltar los ánimos”, dijo Cipriani en su programa difundido por RPP.
En declaraciones citadas por la mencionada radio, el Arzobispo de Lima zanjó así una polémica creada en torno a la actuación de algunos miembros de la Iglesia Católica después de los hechos violentos ocurridos en la provincia de Bagua, en el marco de una protesta de las comunidades indígenas de la Amazonía contra varios decretos legislativos.
El Ministro peruano de Justicia, Aurelio Pastor, dijo ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas que “personas ajenas a las comunidades empezaron a alentar la violencia de diversas formas. Lamentablemente un miembro de la Iglesia difundió que habían actos de violencia, que habían fosas comunes”.
Tras las protestas circularon en Bagua fuertes rumores sobre el enterramiento clandestino de manifestantes por parte de las fuerzas del orden, que resultaron falsas al ubicarse días después a los indígenas reportados como desaparecidos y al no hallarse ninguna fosa común.
Los comentarios del ministro Pastor en Ginebra motivaron que la Conferencia Episcopal Peruana saliera al paso para asegurar que si bien uno de sus miembros había informado de la existencia de una posible fosa común, esta denuncia no podía ser “interpretada como azuzamiento de los hechos de violencia acaecidos el 5 de junio”.
Cipriani también dijo estar satisfecho con las explicaciones del Ministro de Justicia, Aurelio Pastor, quien le refirió que sus cuestionamientos ante la ONU sobre la actuación de algunos sacerdotes en los actos de violencia en Bagua no buscaban generalizar a toda la Iglesia Católica.
Cipriani Thorne señaló incluso que un comunicado emitido por el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Monseñor Miguel Cabrejos, admite que en los sucesos de Bagua hubo sacerdotes que, seguramente guiados por buenas intenciones, emitieron declaraciones imprudentes y equivocadas que afectaron la imagen del Gobierno.
Monseñor Cipriani indicó que ha recibido información bastante transparente y bien documentada por parte del ministro, y, a su parecer, “queda muy claro que sus declaraciones fueron tergiversadas por una agencia de noticias internacional” (France Press), haciéndolas aparecer como si se refiriera a la Iglesia en su conjunto, lo cual no es cierto.
Fuente: Agencia de Noticias EFE