martes, 25 de mayo de 2010

CEDRE plantó seis millones de árboles en Apurímac

Proyecto exitoso que sembró seis millones de árboles con la importante participación de las mujeres campesinas
El departamento de Apurímac cuenta con un relieve bastante accidentado. Su paisaje cuenta con la presencia de diversos valles, quebradas, cañones y mesetas además de ríos a través de toda la región. Uno de los elementos geográficos más resaltantes del departamento es el valle del río Apurímac, el más profundo del continente americano. Gracias a este heterogéneo relieve Apurímac cuenta con gran diversidad de micro-climas, desde tropicales hasta templados en los altiplanos.
La actividad agropecuaria principal es el cultivo de granos andinos como el maíz, el trigo y la quinua, que abastecen al consumo local. En las últimas décadas se ha desarrollado la producción de menestras y tubérculos, que hoy abastecen a diversas regiones del país. En las praderas y zonas alto andinas, se desarrolla la ganadería extensiva, especialmente la crianza de vacunos y camélidos sudamericanos como la llama alpaca y la vicuña, que proveen de carne y fibra a mercados de la costa.
El proyecto ALTURA interviene desde 1992 hasta 1996 en las provincias de Abancay, Grau, Chincheros, Andahuaylas y Aimaraes; y se implementó a través de 171 Unidades Operativas, localizadas en 34 microcuencas, en 20 distritos (Orca, Curahuasi, Huancarama, Huanipaca, Kishuara, Pacobamba, Pichirhua, San Pedro de Cachora, Llintay, Ancohuallo, Cocharcas, Chincheros, Huancanama, Uramarca, Curasco, Chuquibambilla, Pataypampa, Santa Rosa, Vilcabamba y Virundo). En conjunto 6,780 familias se involucraron en esta región. Las comunidades adoptaron las actividades desarrolladas por el proyecto, producto de la capacitación a las familias participantes. 
La producción agrícola de la zona siempre estuvo relacionada con las condiciones climáticas y agro- ecológicas de cada comunidad desarrollándose cultivos como papa en las parcelas más altas, maíz, trigo, cebada y habas en zonas medianamente altas, y una producción inicial de menestras en las zonas bajas.
Entre los resultados alcanzados por el proyecto podemos mencionar los siguientes:
•Actualmente, un gran número de familias cuenta con los conocimientos y habilidades para la producción forestal, habiéndose completado un plan de capacitación que benefició a un aproximado de 1,200 familias, produciendo 6 millones de plantones y desarrollando 1.700 hectáreas con el sistema de agroforestería para la protección de sus cultivos contra los factores climatológicos adversos.
•Se ha rehabilitado e incorporado a la actividad agrícola 4,200 hectáreas con prácticas mecánicas de conservación de suelos a través de terrazas, rehabilitación de andenes, y zanjas de infiltración.
•En la producción de cultivos, se ha creado 100 fondos rotatorios de insumo, los que cubrieron un área de 1,660 hectáreas de cultivos, sembradas con apoyo de semillas y fertilizantes. Se ha construido 15 almacenes de luz difusa para semilla, abonos orgánicos, y riego tecnificado. Éste último ha motivado que en las agencias agrarias de Abancay y Chincheros se estén implementando sistemas de riego presurizado.
•Resalta particularmente la producción y comercialización de fertilizantes orgánicos, complementando el control de plagas y enfermedades de los cultivos.
•El sistema de rehabilitación de vías se ha orientado fundamentalmente al mejoramiento de caminos de herradura y trochas carrozables para facilitar el traslado de las cosechas, con una importante participación de los gobiernos locales y otras organizaciones vinculadas, alcanzando a cubrir dos mil kilómetros durante los cinco años.
•En el último año se ha implementaron nuevas estrategias de comercialización prestando mayor atención a los requerimientos de la demanda, resaltando los siguientes logros:
•Producción y comercialización del orégano para exportación donde han participado 50 agricultores con cerca de 3 hectáreas de parcelas de validación.
•Producción y comercialización de menestras, desarrollada en alianza con ADEX/MSP Apurímac y el Comité de Productores de Menestra, para garantizar la productividad y la comercialización. En la última campaña se comercializó un promedio de 60 toneladas entre fríjol y panamito. 64 agricultores se organizaron y conformaron en asociaciones de productores, previo contrato con la empresa comercializadora.
•Producción y comercialización de alcachofa para exportación. Este programa se desarrolló con 33 agricultores del valle de Uripa en la provincia de Chincheros.
Seguidamente se amplió a un área de 3 hectáreas, y se tiene prevista una meta de 30 hectáreas, reservando un área de 500 m2 para la instalación de una planta de hidroenfriamiento, donde se almacenaría la cosecha de alcachofines. El próximo paso será gestionar el equipamiento de dicha planta y concretar la instalación de las 30 hectáreas con una empresa comercializadora.
•El Programa de Manejo de tunales en la cuenca del Pachachaca es otra alternativa rentable identificada para los productores de las quebradas bajas de Apurímac. Esta Iniciativa se inició con una experiencia de comercialización exploratoria de tuna y palta a los supermercados de Lima, y el propio mercado mayorista de frutas, con apoyo de entidades de comercialización, identificándose algunos mercados potenciales.
COMPONENTES DEL PROYECTO
Promoción y Capacitación Comunal
Consiste en organizar a las familias participantes para motivarlos y capacitarlos a través de diferentes metodologías de capacitación (cursos, charlas, intercambio de experiencias, etc.) cuyo objetivo era sensibilizar a los participantes sobre la importancia de las actividades del proyecto, ampliar sus conocimientos, desarrollar sus habilidades y mejorar sus actitudes.
Desarrollo Forestal
Este componente orientaba su intervención en las siguientes actividades:
Producción de Plantones. Está referida a la propagación de árboles y arbustos, bajo diversas modalidades, considerando tanto a los viveros comunales como familiares.
Plantaciones Agroforestales. Corresponde al establecimiento de árboles y arbustos dentro del sistema agrícola con fines de obtener beneficios de la interacción árbol-cultivo en: control de la erosión; protección de heladas, viento y animales; y producción de leña.
Plantaciones en Macizo. Mediante el establecimiento de plantaciones con aptitud forestal en terrenos comunales o familiares. 
Manejo de Plantaciones. Implica un conjunto de tratamientos técnicos a los árboles y plantaciones (podas, raleo, manejo de rebrotes, recalce y protección), que conllevan una mayor conservación, crecimiento y aprovechamiento de los mismos.
Conservación de Suelos
La conservación de suelos es un conjunto de prácticas mecánico-estructurales, agronómicas-culturales, utilizadas para disminuir la erosión en laderas, incrementar la humedad en el suelo, mejorar sus características físico-químicas y otorgarle fertilidad; contribuyendo a una mayor producción y productividad agrícola.
Las principales prácticas mecánico-estructurales de conservación de suelos están referidas a las siguientes: Terrazas de formación lenta, Terrazas de Absorción/Banco, Zanjas de Infiltración, Rehabilitación de Andenes y Control de Cárcavas.
Producción de Cultivos Agrícolas
Incluye una variedad de actividades de promoción y capacitación para la producción de los principales cultivos andinos (leguminosas, cereales y tubérculos) en terrenos mejorados y conservados Dentro de estas actividades incluyen el manejo de los Fondos Rotatorios, construcción de almacenes, módulos de sistema de riego presurizado y Manejo Integrado de Plagas (MIP).
Comercialización de Cosechas
Este componente enfoca a dos actividades: Mantenimiento y Rehabilitación de vías de tercer orden (trochas carrozables y caminos vecinales), y articulación de los productores a los mercado en función de la demanda con el desarrollo de las nuevas Iniciativas de comercialización (corredores económicos).


sábado, 8 de mayo de 2010



P. Gianni Pacher (09.03.1954 – 30.03.2009)
El P. Gianni Pacher, nacido en Levico (Trento) el 9 de marzo de 1954, era hijo de una familia de profundas raíces cristianas y empeñada en el campo educativo y social. Su padre Alejandro y su madre Ana María dieron a sus cinco hijos una sólida formación religiosa y profesional. El mismo Gianni había conseguido el título de aparejador. Pero el Señor había definido su camino: el de sacerdote misionero. A los 22 años entró al noviciado de los Combonianos en Venegono Superiore (Varese), a los 24 hizo sus votos religiosos e inició sus estudios teológicos en la Universidad Urbaniana de Roma; siguió un año de experiencia misionera en Perú y la ordenación sacerdotal en Levico el 13 de febrero de 1982, de manos de Mons. Eduardo Mason. Enseguida después, salió para el Perú donde permaneció más de cinco lustros, excepto por un breve período (poco más de un año, en el 2000) como responsable de la comunidad de Limone sul Garda, en la casa natal de nuestro Fundador. Perú fue su patria misionera, a la que se dedicó con alma y cuerpo, corazón e inteligencia, energías y esperanzas. Las comunidades misioneras en las que trabajó se encontraban en los Andes, en Lima, y en la selva del Perú, en Yanahuanca (a 3.300 m.); en Lima trabajó en la redacción y difusión de las revistas combonianas “Misión sin Fronteras” y “Aguiluchos” (el ‘PM’ del Perú), donde trabajamos juntos durante algunos años. Después, otra vez, en la misión más alejada y difícil de llegar: Pozuzo, entre los Andes y la selva amazónica (lugar de la primera presencia comboniana en Perú y en América, desde el 1938). Fueron 20 años de vida dura en zonas peligrosas debido a la presencia del terrorismo cruel de los movimientos ‘Sendero Luminoso’ y ‘MRTA’, que dominaban en los Andes y en la selva amazónica con la complicidad de los narcotraficantes. Las muertes de campesinos y de autoridades civiles y militares eran frecuentes. El peligro existía también para los misioneros, pero los Combonianos se quedaron igualmente en su sitio, junto a la gente.
Después del periodo de Limone (en 2000), volvió a Perú para una misión que el P. Gianni quería fuese diferente, en zonas más difíciles, nuevas, por lo menos para los Combonianos. Su atención se fijó en una zona de la selva amazónica: San Martín de Pangoa, en el Vicariato Apostólico de San Ramón, atendida por los misioneros franciscanos. Primero trabajó solo, después, poco a poco, el grupo comboniano del Perú, ante la insistencia propia y del obispo, aceptó esa misión como un empeño de todo el grupo. El P. Gianni había metido corazón y energías, e incluso iniciativas de promoción cultural de la gente del lugar, en particular de los jóvenes, sobre todo construyendo una gran escuela, gracias a las ayudas económicas de muchos amigos y bienhechores italianos.
El 29 de marzo de 2009 el obispo cedía a los Combonianos la misión de San Martín de Pangoa y ahora tres combonianos trabajan, de manera continua en esa misión: dos sacerdotes y un hermano. Y esta es la noticia de los últimos días. Nos habla el P. Rogelio Bustos Juárez, provincial de los Combonianos en Perú: “Hace poco que he vuelto de San Martín de Pangoa, donde el P. Gianni trabajó durante los seis últimos años y que precisamente ayer, 29 de marzo, la tomamos como comunidad comboniana. Era evidente el afecto de la gente hacia nuestro hermano por todo el bien que hizo. Cuando, hace algunos días, le invité a que me acompañase para la ceremonia de aceptación de la parroquia, me respondió que no le gustaban esas cosas, que prefería acompañarme desde Lima rezando por todas las personas que conocía y había seguido durante su servicio en aquella zona. Hace algunos meses, habían diagnosticado al P. Gianni un tipo de epilepsia y una serie de problemas en su salud. Se estaba curando en la clínica Tezza de Lima. Se le propuso ayudarnos en el economato provincial para que, encontrándose en Lima, pudiera hacer más fácilmente sus controles médicos, sin tener que desplazarse ni hacer esos viajes tan estresantes y evitar grandes sacrificios. Estaba tomando confianza en su nuevo servicio. Nada preveía esta triste conclusión. Su corazón no resistió y murió esta mañana, del 30 de marzo, debido a un infarto fulminante”.
Escribimos algunas frases de la carta que el Superior General, el P. Teresino Serra, envió a la madre y a los familiares del P. Gianni: “La triste noticia, inesperada e improvisa, causó incredulidad y dolor en todos. Humanamente tenemos el corazón dolorido, mientras la fe nos invita a agradecer a Dios por la vida del P. Gianni y por su amor a la misión. Los ejemplos de fe del P. Gianni son tantos y hay que seguirlos. Recordamos, entre las virtudes, su bondad y su amor a la gente. Su fe no era complicada: era la fe típica de quien cree firmemente en su vocación”.
Mi lectura personal de la muerte del P. Gianni es la siguiente: para el P. Gianni su muerte tiene el sentido de la “misión cumplida”. Ha ofrecido su vida por la de la comunidad indígena de la selva amazónica de San Martín de Pangoa. De nuevo podemos decir que el “grano de trigo” que cayó en la tierra murió para dar vida.
La mañana del 7 de abril el cuerpo salió hacia Verona y Levico Terme (Trento), donde lo recibió su madre, hermanos, hermanas, parientes y tantísima gente, que llenaba la iglesia de Levico, para la Misa de las 14.30, presidida por el vicario general de la diócesis, Mons. Lauro Tisi, acompañado por más de 30 sacerdotes, entre los que se contaban unos 15 combonianos (de Trento, Arco, Limone, Verona, Bressanone, Como). Intervinieron en la homilía Mons. Tisi, el P. Romeo Ballan (de Verona) y el P. William Dal Santo (del Perú). Al final hubo testimonios de familiares, del alcalde de Levico y del director de la Secretariado Misionero de Trento. La emoción era tan grande como la estima que este Comboniano, muerto a los 55 años, supo suscitar a su alrededor y en favor de las lejanas tierras misioneras de los Andes y de la selva amazónica del Perú. (P. Romeo Ballan)