Los precios de los hidrocarburos en general, y del gas natural en particular, han alcanzado cotas estratosféricas en los últimos meses. En España, como en el resto de la Unión Europea, lo estamos sufriendo en diferentes frentes: en el precio de la electricidad, las materias primas como el acero o el aluminio, el precio de los fertilizantes... En definitiva, en todos los sectores donde se necesite el gas para calentar hornos o producir energía (electricidad) a partir del gas en centrales de ciclo combinado.
La crisis energética que vive la Unión Europea, agravada por el conflicto entre Ucrania y Rusia, está dejando más patente que nunca la necesidad de buscar una mayor independencia de terceros países en términos energéticos. En los últimos meses, no sólo hemos visto dispararse los precios del gas y los combustibles; también sobrevuela la amenaza de un corte de suministro por parte de Rusia, una situación que teme especialmente Alemania, que compra a Rusia alrededor del 55% del gas que utiliza, y otros países como Austria, República Checa, Eslovaquia o Rumanía.
Los altos precios de los hidrocarburos, y del gas natural licuado (GNL) en particular, han hecho que el hidrógeno verde sea más barato que el gas natural en Alemania, España, Francia, Italia, Polonia, Suecia, Turquía y Reino Unido. Con un precio medio de 18,8 dólares por millón de BTU1, España es el país europeo más barato para producir hidrógeno verde y el segundo más barato del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos.
Recordemos que, dependiendo de la manera en que se obtiene y sus emisiones, se distinguen tres tipos de hidrógeno. El hidrógeno gris se produce a partir del gas natural, mediante reformado por vapor, y genera grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2). El hidrógeno azul también se obtiene a partir de combustibles fósiles pero sin liberación de dióxido de carbono (se capturan y se almacenan y/o reutilizan). El hidrógeno verde, por su parte, se obtiene mediante electrólisis y fuentes de energía renovables como la energía solar o eólica, y no genera emisiones contaminantes.
El hidrógeno verde puede ser un sustituto limpio y no contaminante de algunos procesos industriales alimentados por gas, además de servir como fuente de energía para vehículos con pila de combustible. En este sentido, la crisis energética europea ha propiciado que los responsables políticos y las empresas avancen con mayor celeridad en la búsqueda de alternativas a los hidrocarburos. La semana pasada la Unión Europea aprobó su primer "proyecto de interés común europeo" en el sector: el plan Hy2Tech, que abarca 41 proyectos de 35 empresas y contará con una inversión de 5,400 millones de euros. Según la Agencia Internacional de la Energía, hay ya 990 proyectos de hidrógeno en distintas fases de desarrollo.
Otra ventaja del hidrógeno verde es que sus precios a futuro parecen relativamente estables en comparación con la volatilidad de los precios de los hidrocarburos. A medio y largo plazo, cabe esperar que los precios del gas bajen y se estabilicen. Pero a corto plazo, lejos de mejorar, la situación empeora por momentos. Esta semana Rusia ha reducido a la mitad el suministro de gas a través del gasoducto Nord Stream 1, pasando del 40% al 20% de su capacidad. Esto ha provocado un nuevo ascenso en los precios del gas, superando el récord histórico del pasado mes de marzo, cerrando la sesión en 205 euros por MWh este pasado miércoles.
Por su parte, los costes del hidrógeno dependen fundamentalmente de dos factores: el precio de los electrolizadores y el coste de la electricidad de origen renovable. En ambos casos cabe esperar que los costes sigan bajando a medida que la tecnología madure y consiga escalarse. A diferencia de los hidrocarburos, se puede construir una planta de hidrógeno verde en cualquier lugar con sol (aquí España destaca), viento abundante o agua, lo que permite producirlo de manera local y no tener que importarlo de otras regiones. Además permite reducir las emisiones de efecto invernadero, en línea con las políticas de neutralidad climática de la Unión Europea para el año 2050.
Cabe esperar que la situación actual no dure para siempre. A partir de 2024 se pondrán en marcha nuevas instalaciones de GNL actualmente en construcción, lo cual debería dar un respiro al mercado actual e invertir la diferencia de precios.
Según un informe elaborado este mismo año por Rethink Energy, el coste del hidrógeno verde bajará de los 3.70 dólares/kg actuales a poco más de 1 dólar/kg en 2035 y a 0.75 dólares/kg en 2050. Según Wood Mackenzie, en algunos países la perspectiva es más favorable, y prevén que algunos puedan producir hidrógeno verde por 1 dólar/kg en el año 2030.
1BTU son las siglas de British Thermal Unit, o unidad térmica británica. Es una unidad de energía utilizada, entre otras, en las industrias de energía.
La BTU indica la cantidad de energía que se necesita, en condiciones atmosféricas normales, para incrementar en un grado Fahrenheit la temperatura que registra una libra de agua. 1 BTU equivale a 1055,06 julios y a 252,16 calorías.
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